Las patas de gallo, o patas de gallina, son las clásicas líneas que surgen al lado de los ojos, con el paso del tiempo. Producto de las expresiones faciales y otros factores externos más, estas patas de gallo pueden ser combatidas de varias maneras.
Las patas de gallo son esas líneas de expresión tan típicas, que se forman junto a los ojos y que son la marca precisa del paso del tiempo, en nuestro propio rostro. Pero se puede luchar contra ellas, para tratar de atenuarlas y que la cara se vea mejor. Además de la clásica costumbre de entrecerrar los ojos y pestañar, su aparición tiene otras causas.
La zona que rodea a los ojos es muy fina y está adherida al músculo del ojo que se contrae cada vez que pestañeas. Las gesticulaciones exageradas hacen que esta zona se arrugue más. Aunque también hay factores genéticos y sobretodo el paso del tiempo.
Protégete del sol:
Una de las causas más comunes de la aparición de las patas de gallina es el sol. Inevitablemente, nuestro rostro está expuesto al sol. Esto hace que la elasticidad de la piel vaya perdiendo vigor, dejándola más delgada.
Las patas de gallo pueden prevenirse, pero debe comenzarse desde muy joven para obtener mejores resultados. El no exponerse a las horas cuándo el sol es más fuerte (entre las 11 y las 16 horas) ayuda, aunque también hay que protegerse fuera de esos horarios, ya que los rayos UV no descansan.
Por esta misma razón, la mejor manera de combatir este problema es usando anteojos de sol (de calidad para no perjudicar la vista), sombreros de ala ancha y colocando protector solar cada dos o tres horas cuando andamos fuera de casa. Son puntos de partida básicos para luchar contra las patas de gallo. Tampoco dejes de tener en cuenta estas plantas para proteger tu piel del sol.
Es importante usar protección solar del factor adecuado y de ser posible usar lentes que cubran la zona de las patas de gallina para evitar el sol directo. También ayuda a la prevención la utilización de cremas para la zona de los ojos.

